José Luis Bote Mohedano de la Escuela de Enfermería y Terapia Ocupacional ha defendido su tesis doctoral ´Efectos del uso crónico de anticoagulantes orales sobre la masa ósea valorada mediante ultrasonidos´, en la que ha trabajado durante los años de su doctorado en las instalaciones del Hospital de Mérida.

La investigación corrobora la incidencia negativa de los fármacos anticoagulantes orales en la masa ósea, con el consecuente aumento del riesgo de osteoporosis y, por tanto, de las fracturas.

Bote centró su investigación en enfermos en tratamiento con anticoagulantes orales controlados en el Hospital de Mérida.

En este tipo de pacientes, el joven investigador analizó las consecuencias sobre el hueso del consumo crónico de estos medicamentos. Los resultados obtenidos corroboran los de los escasos estudios existentes hasta ahora, aportando además nuevo datos.

Bote Mohedano ha detectado una incidencia de afectación sobre la masa ósea mayor en hombres que en mujeres. Según se desprende de los datos obtenidos en la investigación, el uso prolongado de anticoagulantes en los hombres produce reacciones adversas, en el sentido de que disminuyen tanto la masa ósea cortical como trabecular. En el caso de las mujeres, aunque también se han registrado reacciones adversas al uso prolongado de este tipo de medicamentos, el estudio ha constatado que la incidencia es menor, ya los anticoagulantes orales no perjudican a la totalidad de su masa ósea, sino que sólo afectan a la masa ósea trabecular.

PROCESO INVESTIGADOR

La explicación científica al daño que este tipo de fármacos orales producen, y la consecuente disminución de la masa ósea, incide en que se debe fundamentalmente a un incremento significativo de la fracción no carboxilada de la osteocalcina en estos pacientes.

Para realizar esta investigación su autor organizó el trabajo en dos grupos de personas. Uno de estos grupos estaba integrado por 120 pacientes en tratamiento con anticoagulantes orales, de los que 73 eran hombres y otras 47 mujeres, todos, pacientes en tratamiento por parte del Hospital de Mérida. Frente a este grupo, Bote Mohedano creó otro de control, compuesto por un número equivalente de personas sanas, de la misma franja de edad que los enfermos tratados con anticoagutantes.

A lo largo del estudio, los diferentes grupos fueron sometidos a una serie de pruebas y análisis para medir la respuesta y el deterioro de la masa ósea de los pacientes medicados, respecto de las personas sanas. Ambos grupos se sometieron a distintos estudios:antropométrico, densitométrico (mediante ultrasonidos de falanges y calcáneo), y bioquímicos (estudios de coagulación y parámetros del remodelamiento óseo).

Según el investigador, la principal conclusión del trabajo es que en las personas en tratamiento crónico con fármacos anticoagulantes, puede producirse una disminución de su masa ósea. Esto quiere decir, que estas personas, debido al tratamiento al que están sometidos por otro tipo de dolencias, tienen más riesgo de padecer osteoporosis, además de la facilidad para sufrir otro tipo de lesiones óseas y fracturas, debido a la porosidad excesiva de su masa ósea por el uso prolongado de este tipo de fámacos agresivos con los huesos.

La tesis doctoral, dirigida por los doctores Pedrera Zamorano y Rey Sánchez, ha sido calificada con sobresaliente cum laude por la Universidad de Extremadura.