Los casos de violaciones llevadas a cabo tras administrar a la víctima --sin su consentimiento-- una sustancia que les produce una incapacidad o inconsciencia que facilita la violación se están incrementando. Este tipo de violación ya tiene un nombre concreto, ´sumisión química´, y según los expertos en toxicología y asociaciones de atención a mujeres agredidas se están empleando en Europa hasta 13 sustancias químicas diferentes.