Hace 30 años, a los que tomaban huellas les llamaban brigada técnica, ahora son la brigada científica", indica Paco Camarasa, comisario del encuentro de novela negra Bcnegra, que se celebró la semana pasada. La transformación en la investigación policial --en la real y en la de ficción-- que han supuesto los avances científicos, por no hablar del impacto en el público del fenómeno CSI, fue uno de los principales temas sobre los que giró la tercera edición de un cita que sigue en continua expansión.

Según Paco Camarasa, los avances de la ciencia forense y la genética han modificado las tramas --"no hay autor que no consulte con expertos: Giménez-Bartlett tiene, por ejemplo, un asesor de balística"--, los investigadores --"todo el mundo sabe el nombre del forense de la novela"-- y los asesinos --"en una novela negra ya aparece un violador en serie que se depila hasta el último pelo para no dejar rastros". Los conocimientos del lector aficionado a CSI obligan a asegurarse de la coherencia de los hechos. Pero "la descripción de las pruebas científicas funciona más en tele que en novela, donde resultan más bien poco literarias", opina Alicia Giménez Bartlett. El autor de Los hermanos de la costa , Juan Bolea, reconoce que "han variado sustancialmente los sistemas deductivos", pero personalmente ha optado por rehuir la "novela forense" situando sus obras en los años 80, sin móvil, internet ni genética, porque "cuando el detective se llama ADN tiene menos encanto personal".

¿Cuántas laboriosas indagaciones o tramas enteras escritas hace pocos años quedarían liquidadas con una simple llamada de móvil o una consulta en internet? Las nuevas tecnologías de la comunicación resultan de incorporación obligada, aunque algunos se resistan a ello, como González Ledesma y Mankell, que se aproximan a la pantalla del ordenador como quien descubre una misteriosa puerta mágica. "Todos estos elementos se han de incluir porque si no no reflejamos la actualidad. Sobre todo si queremos que la gente joven no se ría de lo que escribimos. Pero hay elementos que aún se nos escapan: no he logrado que la policía me explique el uso del móvil para seguir a sospechosos", lamenta Giménez-Bartlett. Aunque Bolea ve un pero: la rapidez de evolución de las tecnologías hace que las obras que intentan estar "atadas a la actualidad" envejezcan pronto.

MUJER

La presencia de autoras es casi una tradición en el género. Pero en los últimos años, cada vez es más frecuente la incorporación de la mujer como protagonista, como sucede en la realidad en los cuerpos policiales. "Aun así, hay pocas mujeres policías. Se prefiere --aventura Giménez-Bartlett, creadora de Petra Delicado -- que el personaje femenino sea ayudante del fiscal, forense o investigadora privada. Quizás porque existe una tendencia a que la mujer aparezca como un ángel de bondad, y el policía siempre tiene alguna connotación negativa". Juan Bolea --la subinspectora Martina de Santo protagoniza sus Hermanos de la costa -- explica así su elección: "Tiene un plus de heroísmo que la mujer se enfrente al crimen".