Para mí Bolonia solo es una ciudad italiana". El chascarrillo, en boca de un estudiante frente a la Biblioteca central de la Universidad de Extremadura en Cáceres, retrata la percepción de muchos universitarios de la región sobre el Plan Bolonia: falta información y la que tienen es parcial.

"Hay que equipararse al resto de Europa, homologar titulaciones y formación. Eso será lo más positivo", comenta Leticia Montero, alumna de Magisterio de Lengua extranjera. "Pero nos tenían que haber informado antes de que desaparecen carreras como la nuestra", se queja su compañera Sonia Hurtado; "antes y ahora, porque no tienen idea ni los profesores. Preguntas en administración y no te dicen nada, ni ellos saben qué ocurrirá", añade Amanda Iglesias.

Tampoco Miguel, Santiago y María, que estudian Filología Inglesa, el primero, y Clásica, los otros dos, lo ven claro: "El cambio es necesario, porque el sistema debe evolucionar. Pero es un proceso de privatización; las becas, por ejemplo, se convierten en préstamos". Y la queja por la desinformación se repite. "Hay secretismo. En toda la universidad solo encuentras dos panfletos", lamenta María.

Bajo el punto de vista de Belinda Sánchez, alumna de Historia del Arte, "depende de por dónde lo mires. Si eres de clase media, será negativo, porque pagaremos las becas". Y además, como no les explican ni les facilitan información, "lo que hay es mucha especulación". "Pondrá en valor el esfuerzo, pero traerá problemas para compatibilizar asignaturas o el trabajo, porque la asistencia será obligatoria. Ni los profesores están contentos, porque tendrán que trabajar más", dice Sonia Rodríguez, alumna de Veterinaria.

El pasado jueves, 13 de noviembre, se convocó a los estudiantes de secundaria y universidad a una huelga con manifestaciones en Badajoz y Cáceres. "Estamos en contra porque convierte los postgrados en másters, es decir, el contenido será el mismo pero más caro y solo accesible a las élites pudientes; porque mercantiliza la formación, ya que los mejores puestos en las empresas se reservarán para los que puedan pagarse esa formación elitista; y porque la entrada de las empresas en la financiación de la enseñanza pública supone una privatización encubierta", alega Jesús Gibello, de la Plataforma No a Bolonia, que se queja de la desinformación: "No nos dicen qué ocurre ni qué ocurrirá, o solo cuentan lo positivo".

"Tendrá cosas buenas y otras menos buenas", opina Angel Luis Pinadero, delegado del Consejo de Estudiantes de la Uex. Lo mejor, a su parecer, las mejoras en la movilidad y la formación práctica; lo peor, que "subirán los precios". ¿Y desinformación?: "Sí, pero por el propio desinterés de los estudiantes".

"Aquí convocan huelga y todos la hacen, pero no saben por qué", reconoce Guadalupe García, alumna de Filología Clásica. Y es que ni los erasmus italianos, como Ivano Munafó, que estudia Veterinaria, conocen los entresijos del plan: "¡Si me lo puedes contar tú en dos minutos!" .