Hace un par de años, que un usuario doméstico comprara una cámara réflex digital era impensable. Las máquinas no bajaban de los 4.000 euros y estaban reservadas a los profesionales. Hoy, en cambio, las principales marcas tienen en el mercado alguna opción réflex asequible por un precio que ronda los 1.000 euros. Nikon, por ejemplo, presentó la D50, la réflex digital más barata hasta ahora (799 euros con un objetivo), y Pentax lanzará en julio la Ist DL, a 999 euros.

Ambas cámaras son muy básicas y pensadas "para gente que cree que la fotografía es algo más que una afición y que quieren iniciarse con las réflex", comenta Carlos Ormazábal, responsable de imagen digital de Nikon. La marca asegura que la D50 "tiene una facilidad de uso comparable a la más sencilla de las compactas". "Es lo que quiere la gente, una máquina sencilla", añade Jaume Guillén, de Pentax.

Esta sencillez de uso alegra a muchos pero frustra a otros, los más exigentes, que opinan que las cámaras de iniciación tienen las mismas prestaciones que las compactas que manejaban hasta ahora. Pero para este grupo de consumidores las marcas tienen versiones más avanzadas, entre los 1.200 y los 1.500 euros.

Las opciones baratas de réflex no han dejado de crecer desde que en verano del 2003 Canon lanzó la primera, la EOS 300D, recientemente reemplazada por la 350D. A este auge han contribuido tanto las ganas de los compradores como los intereses de los fabricantes, que han encontrado un nuevo segmento para explotar, ahora que los precios de las compactas están por los suelos.

Para los nostálgicos de la forma de réflex que no quieran andar cambiando lentes también hay una amplia oferta de compactas de cuerpo robusto, similar a las réflex. Fujifilm, Sony, Olympus o Panasonic, por ejemplo, disponen de ellas. Kodak ha apostado por estas cámaras para usuarios avanzados. Hace poco la marca anunció que no iba a fabricar más los modelos DCS Pro SLR/n y DCS pro SLR/c (para lentes Nikon y Canon). "Seguiremos haciendo productos para usuarios avanzados pero no serán réflex", explica Alejandra de la Lama Noriega, directora de comunicación de Kodak. "Este paso responde a la estrategia anunciada en el 2003, de que ciertos segmentos tendrían que sacrificarse para seguir compitiendo en el mercado digital", añade. Otro de los sacrificados ha sido el papel en blanco y negro. Kodak anuncia que deja de producirlo, tras más de 100 años.