Desde que se generalizó el autoservicio en las gasolineras es menos raro equivocarse de carburante y llenar el depósito con el que no corresponde. Darse cuenta a tiempo del error puede salvar el motor y ahorrar mucho dinero. En la mayoría de casos el motor se puede poner en marcha y recorrer varios kilómetros. Pero existe un riesgo total para los mecanismos esenciales del coche. Si se ha echado poca cantidad (un 15%, aproximadamente, de la capacidad del depósito) no pasa nada. Basta con rellenar el resto con el líquido adecuado. Si aún se está a tiempo de salvar la situación hay que vaciar el depósito.