Richard Dawkins lleva tiempo embarcado en una misión. El célebre biólogo británico y popular ensayista de divulgación científica es enemigo de las religiones, de todas las religiones, y, como tal, quiere condenarlas a la extinción. Ha escrito libros, dirigido documentales e impartido conferencias para persuadir a los creyentes de que den el salto al redil ateo, pero ahora su cruzada antirreligiosa se ha trasladado, con enorme éxito, a un novedoso terreno: los anuncios. En enero, si todo marcha bien, habrá autobuses por las calles de Londres con grandes letreros a ambos costados que dirán ´Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta de la vida´.