El español está de moda en China. "Son miles los interesados en venir a España a aprenderlo", asegura Agustín Barrientos, director del Servicio de Español para Extranjeros de la Universidad de Extremadura. Atraer a ciudadanos chinos a la región para que aprendan español es uno de los últimos retos de esta institución académica, que asistió en octubre a la feria internacional de educación de idiomas (ICEF China Workshop) que se celebró en Pekín. A partir de ahí, se espera que puedan desarrollarse en breve convenios con universidades de aquel país e iniciar un flujo estable de estudiantes hacia la capital cacereña.

China, con más de 1.300 millones de habitantes y la próxima potencia económica del mundo, es un mercado más que interesante para el sector educativo de idiomas y ahora más que nunca el español. No en vano, "cualquier ciudadano del planeta que llegue a dominar el chino y el español, podrá comunicarse con casi un tercio de la población mundial", recordando las palabras que pronunció el Príncipe de Asturias hace unos años en la inauguración del último centro del Instituto Cervantes en el país asiático.

Agustín Barrientos reconoce que ahora ese mercado lo tienen copado EEUU, Inglaterra y Australia, pero que hay una clara tendencia de la población china, sobre todos los jóvenes, por un cambio. "Están pidiendo otros idiomas, entre ellos el español y es un mercado potencial que se está abriendo con muchas posibilidades". Actualmente, algunas universidades españolas ya tienen programas específicos para este país, aunque las trabas burocráticas son aún un obstáculo.

Para la Universidad de Extremadura, el mercado chino es muy novedoso y el Servicio de Español para Extranjeros, que se puso en marcha el año pasado, está dando casi todavía sus primeros pasos. Por eso, se estudia cómo crear programas a medida o incluso una titulación en la universidad para atender la demanda de los estudiantes chinos, ya que estos buscan al menos cinco años de estudios en España.

Barrientos explica que este servicio está todavía "abriendo puertas", buscando grupos de estudiantes extranjeros estables y con continuidad, pero advierte de que esto "requiere un esfuerzo colectivo, ya no solo de la universidad sino de otras instituciones".