Más aún que por la drástica reducción de los bosques de bambú, la supervivencia de los pandas gigantes está amenaza por su desidia sexual. El animal dedica unas 12 horas al día a ingerir los 14 kilos de comida que necesita, de los que digiere una quinta parte. Jugar y dormitar ocupan el remanente diario. El Centro de Investigación para la Cría del Panda Gigante de Chengdú, en Sichuan, ha encontrado un estimulante: una rigurosa tabla diaria de ejercicios sexuales para fortalecer los músculos de la pelvis y la cadera.