Jarramplas es una fiesta íntimamente ligada a la identidad de Piornal que sigue un patrón de gran interés antropológico. Así lo asegura Sebastián Díaz, quien ha querido con su tesis doctoral --Jarramplas: ritual festivo y tramas de identidad en Piornal -- hacer "una etnografía y no la etnografía" de esta festividad declarada de Interés Turístico Regional en 1992.

El autor hace este matiz ya que considera que "los rituales festivos son en la actualidad más inestables que otros elementos culturales", asegura. Actualmente, Jarramplas está asociado a modelos tradicionales de género aunque también sirve para que surjan propuestas de cambio hacia la igualdad.

Es decir, reproduce evidentes asimetrías en la división del trabajo, el prestigio y la toma de decisiones entre hombres y mujeres --incluso de manera manifiesta asocia los primeros a la figura de Jarramplas y a las segundas a la de San Sebastián--, "pero a la vez permite cierto solapamiento de funciones, hasta hace pocas décadas impensable". Como ritual, Jarramplas reproduce ideas de diferencia respecto al grupo local de referencia (piornalegos/forasteros a diferentes niveles), pero, paradójicamente, la comunidad piornalega se abre más que en ningún otro caso para expresar su identidad local, al compartir con miembros de otras comunidades aquello que le hace más diferente a ellas.

IDEAS DE IDENTIDAD Existe "el convencimiento cada vez más confirmado de que Jarramplas es un símbolo clave para construir ideas de identidad, en varios niveles: la identidad de pueblo, la identidad de género, la identidad de edad y la identidad de clase", explica Díaz Iglesias. A su juicio, el Jarramplas puede considerarse como símbolo clave de la cultura piornalega por motivos como su densa presencia en la vida social de los ciudadanos del pueblo, su fuerte valor como estimulante ético o por ser algo que los padres introducen en sus relatos.

UN SIMBOLO

La vistosa figura es símbolo del mal, aunque destacan otros protagonistas: los mayordomos, las mozas de la rosca o el niño que repite . Máscaras, tamboriles, trajes de cintas policromáticas, nabos, cantos religiosos y profanos, migas, son algunos de los elementos que están presentes en este festejo.

Esta investigación manifiesta la complejidad de esta fiesta porque "el Jarramplas pervive en la memoria colectiva y ejerce un importante dominio en el ideario piornalego a lo largo de todo el año, lo que hace pensar en algo que la antropología tiene asentado desde hace tiempo, es decir, la percepción de ritual como proceso".