Los vicerrectores de estudiantes de las universidades españolas se reunieron la semana pasada para homogeneizar los criterios de cara a la implantación de la nueva selectividad. Aparcado el punto del examen oral de inglés, la principal novedad será la segunda fase para subir nota. Estas son las claves del nuevo formato.

MENOS EXAMENES

EN LA NUEVA SELECTIVIDAD

Si en los próximos meses de junio y septiembre los estudiantes que se enfrenten por última vez a la vieja selectividad tendrán que vérselas con seis ejercicios (tres de materias comunes del bachillerato, Lengua y Literatura castellana, Idioma extranjero e Historia o Filosofía, dos más sobre materias de modalidad sin elección asociadas a la vía de acceso a las pruebas y una tercera, también de modalidad, pero a escoger), un año después, con las nuevas pruebas de acceso a la universidad, podrán limitarse a dar cuenta de tres asignaturas comunes más una cuarta de modalidad que elegirán a su antojo. La calificación global se obtendrá a partir de la media aritmética de los cuatro ejercicios. No como ahora, donde las materias de modalidad cuentan menos.

LA CALIFICACION MAXIMA

SERA DE 14 PUNTOS

Quienes se inclinen por acudir a la fase específica, de carácter voluntario, podrán sumar a su nota de acceso (que se obtiene a partir del 60% de la calificación del bachillerato, más el 40% de la puntuación de la fase general) los puntos que resulten tras multiplicar por 0,1 o 0,2 las dos mejores notas de esa fase específica. Esa formula permitirá que la nota máxima e ingreso a la universidad sea de 14 puntos. En teoría esa es la calificación de la que podría presumir un estudiante que tras lograr un 10 en la fase general, obtuviera la misma puntuación en otras dos asignaturas de la fase específica, que le proporcionarían dos puntos adicionales cada una (si se aplica una ponderación de 0,2). Por este motivo es de esperar que los valores numéricos de las notas de corte crezcan en aquellas titulaciones de gran demanda.

NOTAS QUE CADUCAN

A LOS DOS AÑOS

A diferencia de las calificaciones que se consigan en la fase general de la selectividad, que, como sucede ahora, son de validez indefinida, las cosechadas en la fase específica serán inservibles al cabo de dos años si por entonces no han sido utilizadas para ingresar en la universidad. Otra de las diferencias con el sistema actual reside en que si hasta ahora existía un máximo de cuatro oportunidades para aprobar el examen, a partir del 2010 no habrá un límite de convocatorias. Permanece inalterable el calendario temporal de los exámenes, en junio y septiembre, al igual que la posibilidad de solicitar una doble corrección al presidente del tribunal examinador, o incluso apelar a una instancia superior si se está en desacuerdo con la puntuación adjudicada.

FACILIDADES PARA MAYORES

DE 40 AÑOS

Entre las novedades incluidas en el decreto que regula las pruebas de acceso a la universidad se incluye la posibilidad de que los mayores de 40 años que puedan acreditar "experiencia laboral y profesional" en relación con una titulación puedan ingresar en ella si cumplen una serie de criterios fijados por las universidades, entre los que figurará la realización de una entrevista personal con el candidato. Para los mayores de 45 años que no puedan demostrar que cuentan con un currículo profesional solvente relacionado con alguna de las titulaciones también se ha previsto una vía singular de acceso que consiste en la posibilidad de someterse a una prueba de acceso adaptada que comprenderá un comentario de texto y un ejercicio de lengua castellana.