El día en que se podrá descargar de internet un cuerpo humano virtual y ensayar en él los tratamientos médicos antes de experimentarlos en auténticos pacientes no está tan lejos. El pasado febrero, 100 investigadores firmaron un documento, la Declaración de Tokio, para desarrollar en un plazo de 30 años un programa informático capaz de simular todo el organismo humano. En un tratamiento contra el cáncer de mama, por poner un ejemplo, los organismos virtuales podrían prever con antelación el surgimiento de posibles efectos secundarios.