Cobardes es una película de ficción. Pero habla de cosas reales: el acoso escolar en los institutos y la dificultad que tienen los padres no ya para educar a sus hijos, sino para conocerlos. La película, que está previsto se estrene el 25 de abril, es la segunda y acertada apuesta cinematográfica de José Corbacho y Juan Cruz, cuya ópera prima, Tapas , se llevó tres premios en el Festival de Málaga del 2005.

Corbacho y Cruz dejan claro que Cobardes no es una película autobiográfica. Ellos no fueron matones juveniles y tampoco sufrieron las palizas de otros chavales. Sin embargo, cuando la productora Filmax les propuso realizar una cinta sobre el bullying aceptaron sin dudarlo. Para ello, se pusieron manos a la obra y acudieron a los verdaderos expertos en el tema: profesores y chavales acosados y acosadores. El filme está tan pegado a la realidad que uno de los personajes suelta una frase copiada de la que les dijo un maestro: "He estudiado oposiciones para enseñar Historia, no para ejercer de policía".

Cobardes , sin embargo, va más allá de las penalidades de un instituto. La película es un reflejo de la sociedad actual, esa sociedad en la que la vida laboral anula la personal, en la que los jefes acosan a sus trabajadores y en la que la apariencia es un valor sagrado. "El acoso es un fenómeno que no solo se da en los colegios, sino también en los trabajos y en cualquier relación de poder", explicó Corbacho.

De hecho, el título de la película no hace solo referencia a los estudiantes sino a cualquier persona que en vez de afrontar los problemas prefiere agachar la cabeza. "Vivimos una época de sordera colectiva. Sálvese quien pueda", subrayó Cruz.

Cobardes es un filme hecho para que el público salga del cine haciéndose preguntas. Una de las cuestiones sobre la que se invita a reflexionar es el papel de los padres. Concretamente, el de las madres, que salen infinitamente mejor paradas en la película que los varones. Elvira Mínguez, que interpreta a la progenitora del chaval acosado, invitó al público a debatir sobre las cosas a las que las mujeres tienen que renunciar por el hecho de tener hijos. "Mi personaje no hace más que cuestionarse porqué su hijo no habla y porqué su pareja se ha convertido en un desconocido", comentó. Su compañera de reparto, Paz Padilla, corroboró lo "durísimo" que es educar a un hijo. Palabra de madre.