Roberto Saviano, según sus propias palabras, vive, blindadísimo, en el mismo infierno, prisionero de su libro, de su éxito y de las encendidas y peligrosas reacciones que ha provocado su valiente denuncia contra el imperio del crimen en el seno de la Camorra napolitana, la organización mafiosa más anárquica, sanguinaria y peligrosa de todas. ETA, según él, "no es casi nada" al lado de la Camorra. Para el autor de Gomorra , controvertido libro del que brota la película homónima de Matteo Garrone, "escribir es resistir".

Así, con esa fuerza, rodeado a todas horas por una escolta de carabineros, afronta las consecuencias de una seria amenaza de muerte lanzada desde la prisión por Francesco Sandokan Schiavone, jefe del clan de los Casalesi. Antes de fin de año, el boss ha prometido volarle por los aires a él y a todos los que le rodeen. La noticia de los explosivos destinados a él y confiscados recientemente por la policía italiana no le extraña. "La situación sigue siendo la misma: injusta y extremadamente dura".

A menudo piensa en lo insoportable que es, por razones de seguridad, no tener a nadie esperándole. "¿Qué si ha valido la pena escribir Gomorra ? Me lo pregunto cada día, pero creo que sí. El simple hecho de que haya salido editado el libro encierra cierta esperanza en que la sociedad abra los ojos y cambie. El libro y la película obligan a la opinión pública y al estado a plantearse la realidad de otra manera. No es un problema del sur de Italia. Es de todos".

DOS MILLONES DE EJEMPLARES

En su única comparecencia pública en un festival de cine que proyectó Gomorra en Sevilla parecía triste, duro, serio, tenso, seguro y nada ingenuo. La situación no es para menos. Su libro se acerca a los dos millones de ejemplares vendidos, y la repercusión de sus investigaciones sobre los tres grandes clanes no ha hecho más que empezar. La mafia mueve en las cloacas de la economía sumergida italiana "100.000 millones de euros" al año.

"Es la principal empresa de mi país y una de las más importantes de Europa". Jamás pensó que su relato pudiera tener tal resonancia. La razón, para él, estriba en que su visión de la mafia no tiene nada de folclórica. "La retrato desde dentro. Cuento la cotidianidad. La mirada desde fuera ve los arrestos, los furgones y los funerales. Cuando en el día a día el camorrista se pasa el tiempo cuidando de sus enemigos y dedicándose a sus negocios".

Es consciente de que a la mafia le entusiasma verse en el cine. "Lo que no les gusta nada es que se hable de todo lo que ganan explotando a trabajadores con dinero negro", comenta. Tampoco de los ingresos que genera el tráfico de drogas, los trapicheos inmobiliarios, las fábricas textiles clandestinas, y los deshechos químicos que envenenan a pueblos enteros.

Entre los vínculos con intereses comerciales que negocian con la camorra cita a ETA. En el libro asegura que España se ha convertido en una de las cajas fuertes de la mafia napolitana y desvela que en el 2003, a partir de las declaraciones de un arrepentido de la organización criminal, llamado Raffaele Spinello, salió a la luz la noticia de las relaciones entre ETA y la Camorra. El escritor cita investigaciones de la Fiscalía Antimafia de Nápoles, que supo que la banda alcanzó un acuerdo por el que enviaría cocaína a través de los militantes de la organización para recibir lanza misiles y eficaces armas Kaláshkikos a cambio. "ETA no es nada comparado con la camorra", manifiesta Saviano, para quien España es la puerta de entrada del narcotráfico internacional. "Pero como no hay muertos ni hechos sangrientos no se le da la misma importancia", asegura.

Recuerda que el título de su libro tiene referencias bíblicas. El profeta Ezequiel dijo que Dios condenaba a Gomorra por los pecados de sus habitantes, entre los que citó la soberbia, la saciedad de pan, y la abundancia de ociosidad, y por no fortalecer la mano del afligido y del menesteroso. "Nápoles es la sociedad más violenta de la Unión Europea. Su criminalidad organizada ha asesinado desde 1980 a más de 3.600 personas, más que la suma de IRA, ETA y Brigadas Rojas, y mucho más que la Cosa Nostra siciliana", lanzó Roberto Saviano, que ahora está sumergido en el mundo del boxeo, al que dedicará su próxima obra.

UNA JUNGLA

El director de la película, Matteo Garrone, aseguró que Gomorra cuenta la vida de las personas normales "que viven condicionadas por un sistema, en una jungla, luchan por sobrevivir y ni siquiera son conscientes de ello, y cuando se dan cuenta de las cosas que han hecho es demasiado tarde y no pueden rectificar".

Garrone confesó que si creyera que con su trabajo cambiarían las cosas se habría metido a político, pero señaló que tanto la película como el libro de Saviano "son instrumentos para comprender los mecanismos, sirven para comprender mejor los hechos" y que la responsabilidad de lo que muestra el filme "es de los políticos".

El director del filme recalcó que a través de la película el espectador accede a la vida de los miembros "de abajo" de las organizaciones mafiosas.

En ese sentido, el director coincidió con Roberto Saviano a la hora de fijar la "idea central" del filme en la tesis de que "la realidad es muy diferente de los modelos cinematográficos". "Contamos una parte de la realidad", aseveró aludiendo a la "confusión" existente en cuanto a la realidad o la ficción del mundo de la mafia y al "fenómeno sociológico".