El pleito por plagio de que ha sido acusado El código Da Vinci toca a su fin. Los abogados de ambas partes han presentado en el Tribunal Superior de Londres sus últimas alegaciones después de tres semanas de litigio, que ha permitido penetrar por primera vez en el mundo creativo de Dan Brown.

En una declaración de 69 páginas presentada ante el juez, el autor ha revelado algunas claves de su trabajo y las influencias a que están sujetos sus personajes y tramas.

El multimillonario estadounidense, autor del bestseller en litigio, del que se han vendido 40 millones de copias en 44 lenguas, tuvo unos comienzos artísticos poco alentadores. Hijo de un reputado matemático y de una madre dedicada a la música, Dan Brown luchó sin éxito por imponerse como compositor de canciones. Antes del campanazo logrado con El código Da Vinci escribió cuatro novelas.

Fue en Angeles y demonios , publicada en el 2000, donde aparece por primera vez el personaje de John Langdon. El experto en simbología está inspirado en un especialista en historia de la religión, Joseph Campbell, por el que Dan Brown se interesó al verle en una entrevista en la televisión. "Recuerdo que me impresionó la amplitud de miras de Campbell y su valentía al hablar de cosas especialmente polémicas, como los mitos y las falsedades en la religión. Quería que mi personaje, Robert Langdon, tuviera la misma apertura de miras", afirma el autor en su declaración judicial.

El código Da Vinci es la segunda novela en la que aparece John Langdon, pero no será la última. Brown piensa mantenerle como protagonista de sus historias en los próximos años. "Su saber en simbología e iconografía le permite el lujo de aventuras potencialmente sin límites", señala. Del próximo lance literario, esperado por millones de fans en todo el mundo, revela que un tercio del relato gira en torno a la masonería, algo que explica por el hecho de haberse criado en Nueva Inglaterra, donde "existe una larga tradición de clubs privados de élite, fraternidades y secretos".

La preparación de cada novela le ha llevado dos años de trabajo disciplinado y profesional, con jornadas de siete días a la semana que comienzan a las cuatro de la madrugada. Brown se declara "asombrado" de la reclamación de plagio presentada por Richard Leigh y Michael Baignet, coautores de El enigma sagrado , publicado en 1982.

El demandado asegura que no logró terminar el libro por encontrarlo "demasiado detallado y difícil de leer". También descubre que su esposa Blyte, historiadora del arte, hace muchas de las investigaciones para sus aventuras.