Puestos a hacer deporte y dejarse enganchar por el subidón de adrenalina que el ejercicio físico provoca, lo mejor es hacerlo con regularidad. No obstante, la mayoría de la gente practica algún tipo de ejecicio físico sólo los fines de semana.
Es entonces cuando se juega el partido de fútbol, el de baloncesto o el de tenis, se sube a la montaña o se da un paseo en bicicleta. Es entonces, también, cuando los deportistas ocasionales se dan cuenta de que su fondo físico no es realmente bueno y hasta las taquicardias y la disnea que les causa un par de carreras por el campo pueden llegar a ser peligrosas para un corazón poco entrenado.
Un estudio sobre el ejercicio físico y el riesgo de sufrir un ataque cardiaco concluía que los deportistas ocasionales, precisamente los que someten a su corazón a un estrés físico muy de vez en cuando, tienen más riesgo incluso de sufrir un infarto de miocardio que aquellos que no mueven los músculos ni siquiera los fines de semana y llevan una vida totalmente sedentaria.
DEMASIADA ADRENALINA
La brusca elevación de los niveles de adrenalina y noradrenalina que llegan a una coronaria muy poco habituada a este tipo de estrés, puede romper las placas de ateroscrerosis que hay en su interior, lo que supone un grave riesgo para la salud.
Sin embargo, el estudio concluía que cuando las personas, en lugar de hacer deporte de forma ocasional lo hacen con regularidad y de forma aeróbica, el riesgo coronario disminuye de forma muy marcada y las posibilidades de sufrir un accidente coronario se reducen por dura que sea la carrera. Los investigadores creen que el ejercicio físico --realizado de forma regular-- consigue poner en forma incluso las arterias del cuerpo humano.
Pero, por otra parte, tan malo para la salud es el hacer deporte de forma ocasional como practicarlo como algunos deportistas profesionales. Pedalear 200 kilómetros diarios, correr al menos 20 cada día o nadar 25 kilómetros, algo que es casi la norma en los deportistas de élite, puede tener consecuencias nocivas para la salud.
