Un directivo de una gran superficie ha sido acusado de cometer "la simulación de un delito" al haber fingido un secuestro cuando, en realidad, se trataba de una falsedad con la que pretendía evitar que su esposa descubriera que estaba pasando el fin de semana con una prostituta. Según consta, el hombre llamó a su mujer desde su móvil y le anunció que estaba siendo objeto de un secuestro en el que los captores iban a utilizar sus tarjetas de crédito.

El falso secuestrado pidió a su esposa que no llamara a la policía, cosa que la mujer desoyó. De forma casual, la policía alertada esta denuncia, localizó el vehículo del infiel junto un conocido prostíbulo de la localidad catalana de Castelldefels.

El hombre fue detenido tras salir del prostíbulo poco después de llamar a su esposa anunciado su inminente liberación.