Hay mucha gente que opina que las energías renovables ocupan muchísimo terreno, industrializando el paisaje de regiones enteras. Basta realizar el siguiente ejercicio para demostrar que lo anterior no es cierto.

Según Red Eléctrica de España, la demanda de energía eléctrica en nuestro país en el año 2005 fue de 260.704 GWh, o lo que es lo mismo 260.704.000.000 kWh. Según el Instituto Nacional de Meteorología, Extremadura recibe cada año unos 1.600 kWh de radiación solar por cada metro cuadrado horizontal de terreno. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y otras referencias bibliográficas, el rendimiento medio de los módulos fotovoltaicos que actualmente hay en el mercado y en condiciones reales de operación es de un 12% respecto a la radiación solar que les llega. Esto es, transforman en electricidad (la más versátil de las formas de energía) el 12% de la radiación solar que incide sobre ellos.

Con estos datos es fácil hacer el siguiente cálculo: Sin tener en cuenta la inclinación de los módulos y su posibilidad de seguir al sol durante el día, por cada metro cuadrado de panel obtendríamos 1.600 x 12% = 192 kWh de electricidad al año. Supongamos unas pérdidas de energía debido a conexiones entre paneles, inversores, etc. ¡del 25%! En este caso, cada metro cuadrado de módulo fotovoltaico nos aportaría anualmente aproximadamente unos 140 kWh de electricidad.

¿Cuántos metros cuadrados necesitaríamos cubrir de terreno con módulos fotovoltaicos para satisfacer la demanda eléctrica española del año 2005? Pues, serían 260.704.000.000 kWh dividido entre 140 kWh/m2, o sea alrededor de 1.862.000.000 m2. Ahora bien, 1 km2 son 1.000 m x 1.000 m = 1.000.000 m2, luego 1.862.000.000 m2 = 1.862 km2. Como Extremadura tiene una superficie de 41.602 km2, 1.862 km2 de superficie fotovoltaica representan el 4,48% de la superficie total de Extremadura. Es decir, con una superficie de módulos fotovoltaicos equivalente al 4,48 de la superficie de Extremadura, tendríamos para cubrir la demanda de electricidad anual de toda España.

Téngase en cuenta que España debe de importar más del 80% de la energía que consume. Prácticamente toda esta energía importada de otros países es de origen fósil. También, nuestra intensidad energética (cociente entre el consumo de energía y el PIB) es la más alta de la Unión Europea. Esto quiere decir que en España invertimos mucha más energía por unidad de PIB generado que la media europea.

Desde el punto de vista medioambiental, es preciso manifestar que más del 80% de las agresiones al Medio Ambiente provienen del sistema energético. Aquí está, a nuestro juicio, el reto energético, que no es otro que el de dotar de energía a nuestra sociedad sin hipotecar el Medio Ambiente de las generaciones futuras.

Ninguno de estos problemas plantea las energías renovables, ni por supuesto la energía solar (tan abundante en nuestra región). Son las fuentes de energía que más empleo generan y podrían ser una alternativa a la agricultura extremeña: Es más rentable y se venden mejor los kWh que los tomates. No hay razón para no apostar por ellas.