El código Da Vinci , de Dan Brown, no sólo ha liderado las listas de best sellers durante meses, sino que ahora se reactiva con el éxito de la película, que acaba de llegar a los cines. Y como hoy casi no hay película sin videojuego, los misterios ocultos en los cuadros y los enigmas basados en la novela tienen ahora nueva vida virtual, aunque con menos polémica que la suscitada por la versión cinematográfica. Sin embargo, la desarrolladora 2K ha prescindido de los actores de la película, y se ha contentado con personajes animados para su historia.

Lo que sí han mantenido es la estructura de aventura gráfica policiaca, que tiene precedentes ilustres como el Broken Sword de Charles Cecil y Revolution Software . Lo lamentable es que se haya incluido escenas de acción y habilidad bastante flojas que rompen el ritmo de la aventura.

Fallan las escenas de sigilo para evitar el acoso policial a los protagonistas, que en nada tienen que ver con Metal Gear Solid .

Pero como aventura, El código Da Vinci se muestra como un producto correcto y con buenos enigmas, algunos de ellos muy difíciles y que no le convierten en un producto para masas como sucede con el libro.

Hay bastantes criptogramas basados en números y letras que aparecerán a lo largo de la historia, y aunque sea una ayuda haber leído la novela para entender el contexto, no es imprescindible su lectura para disfrutar la conversión al videojuego.

Los gráficos son correctos, excelentes los escenarios del museo del Louvre, pero la física de objetos y de los personajes humanos, así como su modelado resultan bastante pobres para un lanzamiento de estas características, que sufre el estigma de juego asociado a película. El código Da Vinci es un fenómeno editorial, pero su versión para consola sólo llega a un aprobado.

Take Two. PS2 y PC. 16 años.