Extremadura se ha convertido en un referente en yacimientos prehistóricos, ya que los nuevos estudios datan en más de un millón de años la presencia de extremeños en la región. Prueba de ello es que 25 jóvenes estudiantes de Historia --la mayoría procedentes de la Universidad de Extremadura-- e interesados por la arqueología han participado durante 18 días en un campo de trabajo en Malpartida de Cáceres, en la cueva de Santa Ana, dentro del proyecto Primeros Pobladores que codirige el investigador Eudald Carbonell junto con Antoni Canalls e Isabel Sauceda. Los dos primeros conocidos por formar parte del equipo que investiga en Atapuerca.

Y es que gracias a las excavaciones que han llevado a cabo este grupo de jóvenes --junto con el equipo del proyecto-- "hay indicios científicos suficientes de que aparecerán restos de homínidos en un futuro, ya que si están las herramientas que utilizaron también aparecerán sus restos", señala Eudald Carbonell. Para este reconocido arqueólogo, el Complejo de Cáceres -- zona de humedales situada en los llanos comprendidos entre las sierras de Cáceres y Aliseda-- "tendrá una proyección de centenares de años de trabajo", que dijo, "darán alguna que otra sorpresa y resultados muy importantes".

La novedad, explicó a finales de septiembre Carbonell en la presentación de las conclusiones del campo de trabajo de este año -- ya son cinco desde que se empezó el proyecto-- ha sido encontrar material que, por su morfología y estructura, podría corresponder a industrias que salieron de Africa aproximadamente hace un millón de años, de forma que si se verifica esta hipótesis, debajo del yacimiento Achalense podría encontrarse un yacimiento "extraordinario". Por eso, el equipo de trabajo ha recogido 28 muestras para determinar si corresponden con otros yacimientos considerados los más antiguos de Asia y Europa. Los resultados se presentarán el próximo mes de noviembre.

Respecto a la aparición de restos de homínidos, Carbonell es consciente de la dificultad pero también se muestra esperanzador: "Hay que buscar entre millones de metros cúbicos y encontrar una aguja en un pajar y, a lo mejor, mi generación no lo encontrará, pero estoy convencido de que los que trabajen en estos yacimientos en este siglo sí", afirmó. Aseguró que hay indicios de que en Santa Ana existe una secuencia evolutiva humana desde hace un millón y medio de años, lo que puede aportar información sobre la evolución biológica y cultural de los homínidos pertenecientes a esas épocas.

De lo que sí están seguros los jóvenes del campo de trabajo es de lo "mucho" que han aprendido. "Lo mejor ha sido que nos han dejado vivir y trabajar en todo el proceso. Ahora me gusta más la arqueología", dice Miriam Mesa, estudiante de Historia.