Quejarse de que los japoneses exprimen el Mediterráneo, temer por el final del cerdo ibérico porque su legalización en EEUU disparará la demanda y decir que el atún rojo está en las últimas por el mercado del ´sushi´ forma parte de esa tradición tan arraigada de buscar la paja en el ojo ajeno. La paradoja es que oenegés y movimientos sociales tanto españoles como extranjeros apuntan que España participa también de ese mercado global agresivo basado en importaciones masivas que pueden desdembocar en la extinción de especies y la muerte de ecosistemas. La campaña ´No te comas el mundo´ denuncia que el modelo de producción intensiva del sur e importación masiva por parte de los países del norte, entre ellos España, acaba con la seguridad alimentaria de los países productores y genera efectos "gravísimos" en la ecología y en la población.