Las regiones mediterráneas y más concretamente la península Ibérica son las áreas más vulnerables al cambio climático en Europa, pues no sólo se enfrentan al previsible aumento de la temperatura, sino también a una reducción de los recursos hídricos que podría tener grandes impactos en la agricultura, el turismo y los incendios, entre otros aspectos. Sólo las regiones de montaña, que podrían sufrir una pérdida considerable de nieve, se enfrentan a una amenaza comparable. Esto es al menos lo que afirma un estudio internacional coordinado por el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Postdam (Alemania) que se publicó en la revista Science.

El estudio, que ha tenido en cuenta diversas variables de aumento de la temperatura (entre 2,1 y 4,4 grados), población, consumo y usos de el suelo, calcula que España y Portugal podrían sufrir una reducción de las precipitaciones estivales de aquí al 2080 que rondaría, dependiendo del nivel de emisiones de CO2, entre el 23%-27% (hipótesis pesimista) y el 14%-17% (hipótesis optimista).