Jaime es el nombre falso de un joven homosexual que, cuando tenía 18 años, acudió a la consulta de Aquilino Polaino presionado por sus padres. En declaraciones a la cadena SER, Jaime contó que el psiquiatra le recetó "pastillas" para "curar" su tendencia sexual. "Tenía que tomar seis al día, pero cuando fui a la farmacia me dijeron que eran contraproducentes. Lo mismo me explicaron, más tarde, el resto de psicólogos a los que acudí", subrayó.

Los padres de Jaime no soportaban la idea de tener un hijo gay.

"Yo lo asumí con normalidad, pero se creó un clima hostil en mi familia. Mis padres buscaron psiquiatras y religiosos para curarme y, al final, acudí a la consulta de Polaino", destacó. El psiquiatra le dijo a Jaime que tenía un "trastorno de identidad sexual" y que "vivía en una burbuja". Además de las pastillas, el tratamiento consistía en "charlas intensas de cuatro o cinco horas". Polaino le explicó a Jaime que "curarle" llevaría un periodo no inferior a los dos meses. Tras dos sesiones, Jaime decidió dejar la terapia.