Felicity Huffman suele necesitar mucho esfuerzo para ver su nombre en un reparto. Hubo un tiempo en que pensó incluso en dedicarse al oficio de peluquera. Nadie como ella para interpretar la desesperación, la vulnerabilidad, la vergüenza y el rechazo.

Lo hace dando vida a Lynette Scavo, una de las protagonistas de la exitosa serie Mujeres desesperadas , y ahora, en la película de Duncan Tucke Transamerica , encarnando a un transexual que descubre que es padre de un adolescente. Un papel por el que Huffman ya ha obtenido un Globo de Oro y una nominación al Oscar. La cinta se estrenó el viernes.

En un principio dijo no. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?

--Mi primera reacción fue producto del miedo, temí que fuera un fracaso. Para mí el ser una mujer que interpreta a un hombre que quiere ser mujer no tenía ningún misterio. Pero Duncan me sacó del error. Esta película se trata del regreso a uno mismo, habla de autoaceptación. Mi personaje piensa que lo más importante en su vida es transformarse en mujer y más tarde se da cuenta de que lo que vale es ser un buen padre o madre. Creo que todos, en un momento u otro de nuestra vida, nos hemos sentido diferentes del resto y eso es lo que me atrajo.

Al final le echó coraje.

--Estuve aterrorizada todo el rodaje, de muy mal humor e insoportable.

Cómo se preparó física y emocionalmente?

--Quise conocer a transexuales que han pasado o están pasando por esta experiencia. Fui a varias convenciones y leí todos los libros y autobiografías que pude encontrar al respecto. Tuve una entrenadora, una mujer que trabaja con hombres que están en la fase de cambio de género, y así fui creando a Bree.

Cómo define a su personaje?

--Duncan la especifica bien en el guión. Bree es bastante rígida y represora. Llegué a la conclusión de que se siente incómoda durante el proceso de transformación. Lo tiene todo planeado, hasta el último detalle, no quiere mover demasiado las manos para no pasarse de femenina. De hecho, en los ensayos probé y lo que conseguí fue una especie de imitación de Tony Curtis en Con faldas y a lo loco . Luego traté de hacerlo a la inversa y acabé siendo John Lithgow en El mundo según Garp . Al final encontré el punto medio. La voz fue la clave.

Qué fue lo más complicado?

--La feminidad, esa parte exageradamente rígida, autocontrolada. Fue como aprender un idioma.

¿Le ayudó el vestuario, la peluquería y el maquillaje?

--Mucho, en ello recae gran parte de la creación de Bree. La mayoría de los transexuales se sienten cohibidos a la hora de preguntarle a un vendedor si le sienta bien un color u otro y acaban comprándolo todo por catálogo. En una de las convenciones a la que acudí, los transexuales con los que hablé me aconsejaron llevar medias y fajas para ir bien sujeta y eso ya sirvió de indicación a la hora de andar y de adoptar una postura. En cuanto al maquillaje, en eso sí intervine. Quise exagerar un poco mis facciones y mostrarme como alguien inexperto a la hora de elegir colores o de perfilar los labios. Siempre dije que tenía cara de pájaro, nariz larga, sin apenas boca y grandes orejas, así que no he tenido que sufrir gran transformación.

Hollywood presenta este año tres películas con personajes transexuales: la suya, ´Breakfast on Pluto´ y ´Rent´. ¿Cree que la sociedad en general está preparada para aceptar el cambio de sexo?

--Sería fantástico que la gente estuviera preparada para aceptar a los transexuales de la misma manera que hemos acabado aceptando a los homosexuales, cosa que ha costado mucho, sobre todo en televisión. No va a ser una transición sencilla, porque sigue habiendo mucha resistencia, pero mejor que lo vayan aceptando porque la situación no va a cambiar. De hecho, quiero convencer a los responsables de Mujeres desesperadas de que incluyan a un transexual en la serie.

No para de recibir premios.

--Es asombroso, pero ahora estoy empenzado a habituar y quiero más. En serio, un premio a tu labor es una gran estímulo, una inyección de autoconfianza. Espero que sirvan para no volver a la sequía laboral que sufrí hasta hace tres años.

Cual es la clave para no perder los nervios en la alfombra roja?

--Llevar unas sandalias de plástico en el bolso, para quitarte los tacones de 500 dólares en cuanto acabas el paseíllo. Eso es lo más memorable de estas ceremonias.