Tras 66 años vinculado a Badajoz, donde tiene una calle que lleva su nombre, el ayuntamiento pacense ha querido que Francisco Pedraja, un personaje ilustre, se sienta "como en su casa" y ha decidido nombrarle hijo adoptivo de esta ciudad.

¿Qué significado tiene para usted este reconocimiento?

--Me ha producido una gran alegría y satisfacción reconocer que verdaderamente soy de Badajoz aunque no haya nacido aquí, porque desde que llegué en el año 41 me he sentido integrado en esta ciudad, de tal manera que cuando he hecho exposiciones fuera siempre he puesto: pintor extremeño de Badajoz. Siempre he sido de aquí.

¿Sería la misma persona si se hubiera quedado en Madrid?

--Marca vivir en un lugar, cada ciudad tiene unas características diferentes que hacen que la persona se sienta imbuido dentro de ese entorno ecológico, social y humano, pero yo además he estado saliendo fuera, porque no se puede uno encuadrar dentro y mirarse sólo el ombligo, es importante salir fuera también. Pero siempre he encontrado una ciudad fantástica y acogedora y desde el primer momento me encontré como en mi casa.

¿Cómo ha cambiado la ciudad en estos años?

--Ha cambiado muchísimo. Cuando yo llegué era una ciudad pequeña dentro del recinto amurallado, con un pequeño barrio en San Roque y otro en la estación, y algunos chalés por ahí, y ahora es una gran ciudad que tiene de todo, no falta nada. Cualquier persona que tenga intereses culturales y económicos puede vivir aquí.

¿Es idóneo para un artista?

--Hay que salir fuera. Badajoz es un sitio muy bueno para trabajar y preparar cosas y hay un público magnífico, aunque luego hay que salir fuera también para que el nombre se difunda, y el arte. Yo enseguida salí a Francia y a otros países.

¿Cuál es su rincón favorito de Badajoz?

--La Alcazaba, allí encontré el paisaje maravilloso que había leído en las novelas orientales, como Las mil y una noches y desde niño me quedé metido en el misterio que tiene este enclave. Pero también me gusta mucho la catedral, es otra maravilla desconocida. Se ha recuperado mucho el casco antiguo en los últimos años.

Habla del sitio con más encanto, ¿cuál es la parte más fea de la ciudad?

--La deuda de Badajoz es la deuda de siempre y la que tienen las grandes ciudades, que son los suburbios. Yo también he pintado suburbios, pero no exactamente los de aquí, sino el suburbio en general y la marginación que toda ciudad grande produce, es una consecuencia de la realidad social.