Un pequeño libro de apenas 150 páginas, El fusil de mi padre (Anagrama), puede hacer más por divulgar la causa kurda que las crónicas esporádicos de los medios informativos o los desesperados intentos de los líderes políticos de este pueblo. Y todo ello, sin que exista en la obra aparente intención de arrastrar al lector hacia la causa de nadie. El autor, Hiner Saleem (en la foto), explica con la mirada de un niño la vida cotidiana de una familia.