La literatura erótica tuvo un punto culminante durante la transición y algo después. La Sonrisa Vertical (la más célebre de las colecciones eróticas) se queja hoy de falta de originales convenientes... ¿Somos más pacatos antes? ¿Es el erotismo, como género, el que no ha sabido renovarse? ¿O acaso un libro erótico no necesita ya una serie erótica para publicarse, pues cualquier buena colección lo acogería si se tratara de un texto cualificado?.

Todo entra en el cóctel de lo que parece ser una moderada crisis de la literatura erótica. Y digo moderada, porque el erotismo existe.

Y que existe y que no ha perdido su vocación de ir más lejos (algo que le es intrínseco) lo demuestra Siemprejuntos , la primera novela del periodista y profesor ilicitano José Luis Martínez Ibáñez.

Iniciar una carrera literaria, como novelista, a los 55 años, podría darnos qué pensar si no supiéramos que el autor es periodista veterano, habituado a la agilidad en los usos lingüísticos. Quizá por ello Siemprejuntos --título ambiguo que la novela explica perfectamente-- es una obra primera, pero no primeriza.

LA TRAMA

Dos profesores, un hombre maduro, divorciado, desencantado y bebedor (Pol) y una hermosa y pelirroja mujer más joven (de turbio pasado familiar, Marion) se enredan en un conflicto personal, donde el erotismo más explícito es vía de comunicación, pero donde el peso de sus pasados, de sus egos encastillados más allá de su propio saber, impedirán --tras una peripecia interior y exterior-- el final feliz.

Siemprejuntos es una novela erótica --sobre todo en su primera mitad-- porque se busca la descripción connotativa de lo sexual para enganchar al lector, aunque también para ir más allá. Pero como el mejor erotismo contemporáneo (y no hay que pensar sólo en el teórico Georges Bataille o en el mucho más elemental Henry Miller) la novela de Martínez Ibáñez aspira a más; su principal virtud. Entretiene y encela en las descripciones carnales, pero lo que en verdad nos arrastra es el pulso entre Pol y Marion. Su deseo de amarse y su imposibilidad de hacerlo, abrumados por sus historias y contradicciones. Parece el autor querer decirnos que en el erotismo hay más felicidad que en la vida. Porque el erotismo (como todas las artes) prescinde finalmente de la vida, aunque parezca maximalizarla.

Primera novela de un autor falsamente novel, Siemprejuntos es un muy buen comienzo para un diseccionador ya maduro.

La novela ha sido publicada por Barataria, tiene 238 páginas y su precio es de 16,50 euros.