El pasado 4 de mayo encontraron atropellado en una carretera onubense un ejemplar joven de lince hembra de dos años, una gran pérdida ya que esta especie corre un serio peligro. Pero lo más sangrante del asunto es que en la necropsia descubrió que este ejemplar tenía disparos de perdigones en el cuerpo, según informan fuentes de Ecologistas en Acción.

El 60% de los linces ibéricos que mueren atropellados han recibido disparos con anterioridad y, que se conozca, éste es el segundo ejemplar en lo que va de año que recibe disparos, después de que uno muriera en Jaén tras ser tiroteado a bocajarro. La organización Ecologistas en Acción pide que la administración se replatee el seguimiento con microprocesadores.