La 39 edición del Salón Internacional del Automóvil de Tokio no pasará a la historia como la más brillante porque transcurrió en una atmósfera muy tranquila. El panorama económico preocupa y hasta los japoneses prefieren pensar en otras cosas. Buena parte de los discursos estuvieron presididos por el mismo signo: la preocupación medioambiental de los fabricantes nipones y sus propuestas de nuevas energías alternativas. Los constructores apuestan por la fabricación de mecánicas limpias para reducir los consumos y la contaminación y el hidrógeno y la electricidad son las grandes apuestas. Lo que hace unos años fue una tímida propuesta abanderada por Toyota y Honda, hoy ya es una realidad.