No se sabe exactamente el motivo, pero el clima seco de Menorca o algún producto químico empleado para tintar pieles, entre otras hipótesis, han permitido que unos 50 cadáveres humanos que fueron depositados hace 3.000 años en la llamada Cova des Pas, cerca de la localidad de Ferreries, se hayan conservado milagrosamente. Los arqueólogos no sólo han rescatado huesos, cuerdas y objetos metálicos de ajuar, como cabría esperar, sino restos de un pulmón, materia cerebral, músculos adheridos a un fémur y cabellos, un fenómeno que en Europa sólo tiene un caso similar tan antiguo, la momia alpina Otzi, aunque está se ha conservado excepcionalmente por un motivo más lógico: la nieve.

Los investigadores de las universidades de Barcelona e Islas Baleares que analizan el yacimiento, presentaron recientemente el resultado de los trabajos de excavación.