Un tribunal de Estado de Nueva York, ha decidido que la costumbre de lanzar gambas que parctican en un restaurante japones, no ocasionó la muerte de uno de sus comensales, un hombre de 47 años. La familia del fallecido había interpuesto una demanda contra el restaurante porque, al parecer, el hombre murió como consecuencia de una lesión en el cuello tras intentar esquivar a una ´gamba voladora´. La lesión acabó causándole una infección que le ocasionó la muerte.