Mathias Enard narra un viaje en tren a lo largo de la noche. Un hombre va de París a Roma cargado de misterios y de recuerdos. A lo largo de 24 capítulos claramente alusivos a los cantos de la Iliada, asistimos a un desfile atroz dentro de su cerebro: literatos apátridas, militares bendecidos por la historia, víctimas anónimas en tanto que cuantiosas, deportados de guerra, verdugos célebres, teóricos de la violencia, todas las caras de las guerras del siglo XX en Europa y Oriente Medio. Pero ese paisaje aterrador está tan acertadamente trabado con la historia personal del narrador o de sus amores hundidos en el tiempo que el lector percibe todo como un conjunto vivo.