La habitual inspiración autobiográfica de Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) se centra en la dificultad de gestionar un triunfo súbito y abrumador. Para ello se vale de un doble enfoque: el especular y directo del narrador, obvio álter ego, y el indirecto o analógico de su amigo Rodney en otra experiencia límite: la de una matanza en Vietnam.