Ken Follett (Cardiff, 1949) ha convertido sus novelas en una máquina de hacer dinero. Ha vendido 90 millones de ejemplares de los 25 títulos publicados en los últimos 30 años, cada nueva obra que coloca a las librerías se convierte de inmediato en best-seller y ocupa con insistencia las listas de libros más solicitados. Su última novela, En el blanco , publicada en España en febrero, no ha sido una excepción: 110.000 ejemplares de la edición castellana de Grijalbo. Las ideas religiosas de sus padres alejaron al Follett niño del cine, la televisión y la radio, pero le acercaron a los libros. El escritor recuerda que, con el tiempo, llegó a escandalizar a su madre con aficiones hacia aquellas cosas que la buena mujer había juzgado perversas. Estudió filosofía, trabajó en la prensa, en una editorial y publicó la primera novela --El misterio de los estudios Kellerman -- en 1976 con más pena que gloria. El éxito le llegó dos años después con La isla de las tormentas , thriller de espías con una mujer de protagonista. Desde entonces, no ha parado.

EL EXITO LITERARIO

En su nueva novela, el escritor repite la fórmula que le ha dado el éxito. Un elemento que genera tensión --en este caso, el robo de un virus de gran virulencia, el Madoba-2, por parte de un grupo terrorista--; una trama bien documentada --la seguridad de unos laboratorios--; el protagonista, víctima y héroe --una mujer, jefa de seguridad del edificio atacado--; alta tensión y acción frenética en la parte final y desenlace amable.

Pero Follett parece un hombre honrado, sabe que sus novelas son un producto comercial, que quieren serlo, y no intenta vender al periodista en la presentación otra cosa: "Sé que nunca tendré el Nobel, pero también es cierto que gano más dinero que otros escritores".

Amable, con una media sonrisa en el rostro, pelo canoso suavemente controlado con fijador y traje de raya diplomática, Follett afirma que calidad y éxito no están reñidos, añade que una "obra literaria" no es el tipo de novela que él quiere hacer, y tampoco se plantea otras posibilidades: "Escribo lo que soy capaz de hacer y si cambiara los esquemas sería poco sincero, me faltaría el respeto a mí mismo".

SEGUNDA PARTE

Tras publicar En el blanco , el autor trabaja ahora en la segunda parte de Los pilares de la tierra --10 millones de ejemplares vendidos en el mundo--, más de 1.000 páginas, publicada en 1989 y, sin duda, su mejor obra, la novela a la que dedicó más de tres años de trabajo y por la que realizó un esfuerzo de documentación que no ha vuelto a repetir.

Esta exitosa obra, en la que en medio de la trama se narra a la perfección la construcción de una catedral, situará a los descendientes de los protagonistas de aquella primera parte doscientos años más tarde --hacia el 1300--, pero en el mismo entorno. Follett no tiene prisa por terminar, pero asegura que necesitará un mínimo de dos años para acabarla.