Es todo un enigma. Al igual que el denominado hombre del piano, el músico amnésico aparecido en extrañas circunstancias en Inglaterra, y salvando las distancias, en las desembocaduras de los ríos Lácara y Lacarón, afluentes del Guadiana, ha aparecido un molusco bivalvo, es decir, una almeja, de origen asiático y cuya presencia en tierras extremeñas es un auténtico misterio.

¿Cómo ha llegado este molusco hasta las aguas del Guadiana? De momento, los investigadores aseguran que es difícil elaborar una hipótesis que lo explique, ya que, normalmente, la almeja asiática o corbicula fluminea suele viajar adherida a los barcos o en sus propios tanques --algo realmente difícil en Extremadura--, incluso en otras zonas como Estados Unidos su introducción se ha asociado a los inmigrantes chinos, que la suelen utilizar como producto culinario.

EL HALLAZGO

El investigador José Luis Pérez, del Area de Zoología de la Uex, uno de los descubridores de estos moluscos junto a Joaquín Fernández, de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, asegura que les llegaron informaciones de que se podría estar utilizando para pescar como cebo vivo, "algo que nos llamó mucho la atención, nos pusimos a buscar y la encontramos, pero realmente no sabemos cómo ha podido aparecer en esa zona".

Y es que esta almeja no se vende en tiendas especializadas ni tampoco en pescaderías, "por lo que tendremos que hacer un estudio más exahustivo", señala Pérez.

La corbicula fluminea es una almeja de tamaño medio --cinco centímetros--, ovalada y de coloración marrón. El problema de este molusco, natural del sur y el este de Asia y Africa, es que es muy nocivo para los ecosistemas acuáticos, en los que puede originar alteraciones en la cadena alimenticia.

Suele ocupar todo tipo de aguas, aunque prefiere las claras y bien oxigenadas, ya que no tolera las aguas contaminadas, a diferencia de los mejillones de río autóctonos, según José Luis Pérez. Llega a vivir siete años, alcanzando densidades de varios miles de individuos por metro cuadrado, lo que puede causar importantes daños en las infraestructuras hidráulicas, así como en las centrales hidroeléctricas.

Aunque todo eso se sabe, de momento no existen pistas de la historia de la almeja del Guadiana.