Niña Pastori todavía no sabe lo que es un fracaso comercial. Acaba de publicar su séptimo disco, titulado Esperando verte , y ya se ha colocado directamente en el número dos de las listas de ventas (solo le supera Bruce Springsteen). Pero la cantaora explica que la primera vez que se dio cuenta de su poderío fue en Barcelona. "Me estrené en Tarantos --una sala de la ciudad catalana--, con mi primer disco, y mis padres vinieron desde Cádiz para verme. Fue salir y no dar crédito: la sala estaba a petar, y los de la discográfica me contaron que fuera la cola daba la vuelta a la plaza Reial. Luego, al acabar, me metí asustada en un cuartito que hacía de camerino, porque un montón de gente quería saludarme. Acabé saliendo por la puerta de atrás, ¡corriendo!", relata, aún impresionada con el recuerdo.

La cantante sorprende en este compacto con su viraje hacia el jondo. "En cada disco siempre me dejo llevar por lo que me apetece. Y para este, que grabé embarazada, lo que me pedía el cuerpo era volver a mis raíces, cantar flamenco como en mi primer lanzamiento. Si bien ya en el segundo seguí por otro camino, mi corazón siempre tenía ganas de cantar un poquito por soleá, alegrías..." Por cierto, en Esperando verte , además de estos palos hay tangos, mineras, bulerías y fandangos de Huelva.

SIN AIRE

María Rosa García García (su nombre real), explica con qué contratiempos se encontró durante la grabación. "Pensé que embarazada iba a cantar igual. Y cuando por fin me puse, porque cuando acabo una gira no canto nunca, ni siquiera en la ducha, comprobé que no tenía aire. Se lo conté a la ginecóloga y me dijo que era normal, pues estaba acostumbrada a coger el aire con el diafragma y entonces la niña ocupaba ya un espacio considerable" La artista aprendió a "dosificar la respiración", y si bien admite que "hay tercios que podía haber ligado" y no lo logró, encontró en su voz "una nueva sensibilidad".

En el álbum, que incluye once temas inéditos, destacan piezas diáfanas como Vagabundo , con el genial toque de Vicente Amigo. "Cuando escuché sus primeros acordes me vino enseguida a la mente Vicente. Se la mandé a Córdoba y le encantó". Pero su guitarra no es la única que suena luminosa. "Sí, también está el piano de Alfonso Pérez". El compacto, sin embargo, termina a un ritmo más bailable. Dentro de mi corazón incluye un beat casi disco que evoca a la rumba pop de los años 70 y al Tú me camelas que la catapultó. La cuestión es seguir seduciendo. El primer single, Capricho de mujer .