No te olvides que ahí afuera hay una guerra". El productor Javier Limón se ha sentido tan a gusto trabajando en los estudios Sabreen de Jerusalén Este --la parte árabe de la ciudad santa-- que David Broza, un "payoguiri judío extremeño", como él mismo se califica --es descendiente de unos extremeños que vivían en la localidad cacereña de Brozas--, ha tenido que recordarle que la paz, la tranquilidad y la tolerancia que se respira en los estudios es un bien escaso por esos lares.

"Un sol agrietado en el cielo y una paz que no llega", canta Broza, con Limón --productor de esa joya llamada Lágrimas negras de Bebo Valdés y Diego el Cigala-- a la guitarra española y los hermanos palestinos Wissam (laúd) y Said Murad (flauta). Es el ensayo de Princesa de Jade , una canción del nuevo disco de Broza, Parking completo , que días atrás grabó en los estudios Sabreen y que verá la luz en verano.

La elección de las instalaciones es ya de por sí un mensaje de normalidad, de convivencia, de complicidad entre el cantante israelí más importante y los hermanos Murad, dos de los mejores músicos palestinos que forman el grupo Sabreen y poseen los estudios del mismo nombre. "Este no es un proyecto palestino-israelí al 50%. Al principio yo sólo quería usar los estudios, pero finalmente ellos tocarán en tres canciones", explica Broza.

KNOPFLER, CLAPTON, JONES

Parking completo pretende ser, ante todo, un disco mediterráneo, de mestizaje, un homenaje a las tres culturas: la judía de Broza, la árabe de Sabreen y la cristiana de Limón. Pero aún hay más. Mark Knopfler, Eric Clapton y Norah Jones se han interesado por el proyecto. El Piraña aportará su arte gitano en la percusión. Calamaro tocará el piano. Alain Pérez estará al bajo. Y Mercedes Sosa cantará a dúo una canción, Me muero . Broza firma todas las músicas y las letras son de Pablo Guerrero y de Nando Polaino.

"El disco es íntegramente en español, aunque no descarto traducir dos o tres canciones al hebreo y al inglés", apunta Broza, un creyente en la paz cuyo abuelo fue uno de los fundadores de Newe Shalom, el único pueblo de Israel en el que conviven en igualdad de derechos israelís y árabes. A pesar de ello, el cantante israelí no hace canción protesta. Broza sabe bien que el miedo, la muerte y la desesperanza son los compañeros de viaje de palestinos e israelís. Que sus mensajes de paz, sus gestos de grabar con palestinos en Jerusalén Este, son una gota en un océano de odio. "Los israelís nos hemos convertido en una sociedad conquistadora y eso es una enfermedad muy grave", reflexiona el cantante, quien admite que siente "miedo" cada vez que su hijo "sale de casa para ir a clase en autobús".

Pese a ello, aunque sepa muy bien que "ahí fuera hay una guerra", a Broza se le ve feliz en el estudio. "No hay otro lugar con tanta energía como esta zona del mundo".