Entrevistar a un artista en plena campaña promocional de su última obra puede ser como ir a escuchar a un vendedor ambulante de ungüentos. Si es un grupo de pop español que saboreó el éxito masivo en los años 80 y 90, músicos de orgullo y ego especialmente desarrollados, el diálogo puede acabar en monólogo entusiasta. Jordi Sánchez y Miguel Arjona, alma del dúo de pop electrónico OBK, acaban de editar su séptimo disco. Cuesta percibir en ellos un mínimo atisbo de duda: Feeling es el no va más.

"Si lo escuchas sin prejuicios, estoy seguro de que se nota que hay un gran trabajo", dice Miguel. Jordi se le une al instante: "Las producciones de OBK son diferentes a todo lo que se hace en España. En orquestaciones, en arreglos, en saborear una canción de principio a fin. No nos gusta hacer un disco con una canción buena y el resto de relleno. Son producciones que están muy, muy, muy bien. No sé cómo explicarlo".

Una sospecha empuja a OBK a creer en OBK más que nadie. "Llevamos 15 años funcionando y hemos vendido un millón y medio de copias, pero desde hace años hemos sido un poco ninguneados", denuncia Miguel. Desearían que se reconociera su labor como compositores. "Mecano era pop electrónico y reconocía el trabajo de Nacho Cano como compositor. Con nosotros ha habido indiferencia", afirma Jordi.

FAN DE UMBERTO TOZZI

Si en 1989 lucharon contra la etiqueta de grupo para fans, hoy lo hacen contra la de grupo tecno-pop. Y para eso, nada mejor que arropar las canciones con arreglos de cuerda (de Joan Albert Amargós) y piano. En Feeling abundan las baladas y el tono melodramático. Y Jordi lanza su confesión definitiva: "Mi primera influencia musical no fue Depeche Mode, sino Tozzi". Pero la sorpresa de Feeling no es ésa, sino la rutilante aparición de la ironía. Yo no soy cool , canción inspirada en la película Zoolander y en iconos fashion como Victoria Beckham, incluye el autobiográfico pareado: Yo no soy cool, nunca he sonado en ese club. "No es rencor, es una realidad", aclaran. "OBK nunca estará en el Sónar porque no somos cool . Lo sabemos nostros y los fans".

Ha pasado una hora y Jordi sigue en sus trece. "Puede quedar muy pedante, e intento ser autocrítico, pero pienso sinceramente que nuestras composiciones son muy buenas. Sé que he hecho un trabajo donde lo he dado todo. No es un disco más de OBK. Te lo juro".