Los operadores de turismo están por la labor de regular, pero no de prohibir como se defiende desde el frente ecologista, las visitas turísticas a la Antártida. La necesidad de acotar este tipo de actividad centró la semana pasada los debates de la 30º reunión del Tratado Antártico, que celebra en Nueva Delhi y que se dedicó a analizar el impacto de la actividad humana y el cambio climático en el continente, así como la cooperación científica internacional, especialmente durante el 2007, que ha sido declarado Año Polar Internacional.