Médicos de la ciudad de Qingdao (en el este de China) tuvieron que operar a dos jóvenes universitarios que se habían metido en la oreja sendos auriculares --del tamaño de un grano de arroz-- para copiar en unos exámenes y después no se los podían quitar, según publicó la prensa local. Los jóvenes, que al parecer no se conocían, acudieron al hospital por separado pero con el mismo problema después de los exámenes nacionales de inglés, en los que usaron estos aparatos con la complicidad de amigos que desde fuera les daban las respuestas.