En Francia, durante la ocupación nazi en la segunda mitad de los años 40, no todo era la mítica Resistencia que tan buenas historias ha dado al cine. También estaban los colaboracionistas, los delatores y, claro está, una mayoría silenciosa. A ellos ha dirigido la mirada el actor y director francés Gérard Jugnot, muy popular en su país y conocido en España por su papel de entrañable profesor de música en Los chicos del coro .

Jugnot dirige y protagoniza Monsieur Batignole , recién estrenada en España pese a haber sido rodada hace dos años. Al actor no le incomoda --"es una suerte para mí", dice-- que el filme de Barratier, "sirva como locomotora" en la promoción de su película.

En clave de comedia, Monsieur Batignole muestra el París ocupado en 1943, en el que hay quien se beneficia denunciando a los judíos para quedarse con sus bienes. También los hay que pretenden quedar al margen de resistentes y ocupantes, como el comerciante Batignole, aunque no tendrá más remedio que ayudar a un niño perseguido.

Abordar el tema de los delatores o simplemente de los franceses que no se comprometieron, no es tarea habitual en un país que, como dice Jugnot, "nos han hecho creer durante mucho tiempo que todos éramos resistentes". Nadie ha contestado nunca esa idea de reconciliación que sembró De Gaulle, explica, "como el rey Juan Carlos aquí". "Sólo 60 años después" --dice-- yo me pregunto si había un 90% de franceses que no hicieron más que esperar", al fin de la guerra. "Era una mayoría silenciosa, sorda y, sobre todo, ciega", añade.

Con este filme Jugnot ha querido responder a las preguntas ¿qué hubiera hecho usted en el caso de Batignole? o ¿qué sabía usted de las deportaciones de judíos y de otros franceses a los campos de concentración? El realizador rechaza que haya hecho una película nostálgica --"quizá algo en la imagen, pero en ningún momento se dice que fue una época mejor"--, sólo pretende "llegar al público más amplio con palabras simples e inteligentes pero no intelectuales".

Batignole toma una opción determinada en esta historia de delaciones y esperanzas aún sabiendo que no todos hubieran hecho lo mismo. Jugnot explica con humor: "Hay que salir del cine un poco mejor". Y sobre todo, recurrir a la comedia ayuda a "suavizar heridas".