El programa europeo de intercambio denominado Erasmus se considera la semilla del futuro Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Pero fue en el año 1998 cuando se firmó el primer tratado relativo a este asunto en París. Allí, ministros encargados de la educación superior de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido suscribieron la Declaración de la Sorbona, que sentó las bases de este ambicioso proyecto.

Un año más tarde, los ministros de este área de 29 países celebraron una conferencia en Bolonia que supuso el punto inicial para dar paso a la convergencia europea y marcó el horizonte del año 2010 para que se llevara a la práctica el ambicioso proyecto.

OBJETIVOS

La Declaración de Bolonia marca varios objetivos centrados en: adoptar un sistema fácilmente legible y comparable de titulaciones basado en dos ciclos principales; establecer un sistema internacional de créditos; promover la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores; promover la cooperación europea para garantizar la calidad de la educación superior y, en definitiva, promover una dimensión europea de la educación superior.

En el año 2001 tres ministros más se sumaron a la siguiente reunión, esta vez realizada en Praga, que se repitió en el año 2003 en Berlín. La próxima conferencia tendrá lugar en la ciudad de Bergen (Noruega) del 19 al 20 de mayo del 2005.

Todos los países firmantes de la Declaración de Bolonia ya han emprendido las reformas legislativas pertinentes para adaptar sus sistemas universitarios al marco europeo. De hecho, los reales decretos que el Gobierno español aprobó a finales del mes de enero tenían como objetivo regular esta cuestión.

Paralelamente a las reuniones de los ministros, la Comisión Europea también se ha implicado en el proceso de convergencia de educación superior, publicando varios documentos de apoyo a esta iniciativa. Entre ellos destaca el texto de mayo del 2003 El papel de las universidades en la Europa del conocimiento .

En este texto se dice: "La Unión Europea necesita un entorno universitario saneado y floreciente. Europa necesita excelencia en sus universidades para optimizar los procesos que sustentan la sociedad del conocimiento y lograr el objetivo fijado en el Consejo Europeo de Lisboa de convertirse en la economía más competitiva y dinámica del mundo basada en el conocimiento, capaz de sustentar el crecimiento económico y crear un mayor número de puestos de trabajo de mejor calidad y una mayor cohesión social".

Al margen de los apoyos políticos, las distintas organizaciones universitarias de Europa y de España han acogido con entusiasmo el proyecto europeo. Prueba de ello es que la Asociación de la Universidad Europea (EUA) se implicó en el proceso y ya ha desarrollado varios estudios (Trends in Learning Structures ) sobre el EEES. El apoyo de esta organización europea se hizo explícito en las conferencias de Salamanca (2001) y Graz (2003).

En España, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), ha publicado varios documentos de apoyo. Este colectivo agrupa a universidades públicas y privadas y sostiene que la finalidad última del proceso es "llegar a una formación de nuestros estudiantes ajustada a un mercado de trabajo que supera nuestras fronteras".