Campus de Badajoz

La democracia que tenemos es bastante pobre. Participamos de ella una vez cada cuatro años y mediante una papeleta, vaya.

Así, no tenemos derecho a opinar sobre los temas que nos afectan, si queremos que entren inmigrantes o no, si queremos participar en una guerra o no, si admitimos las privatizaciones, si nos gusta la LOCE y la LOU,... y tantas cosas.

Claro, parece ser que nosotros, el pueblo, no tenemos inteligencia suficiente para saber que le conviene a España en cada circunstancia.

Pero eso debe cambiar, ahora el pueblo alza la voz, se manifiesta y escribe cartas a los diarios, se asocia, monta plataformas, participa en debates y es crítico con la clase política.

Yo confío en la inteligencia del pueblo organizado. Y en definitiva, la clase política no es sino la forma en la que el pueblo ha decidido organizarse para liderar un país.

De esta manera, para estas elecciones las cosas van cambiando, no seremos nosotros los que escuchemos a los políticos sino al contrario, deben ser ellos los que nos escuchen a nosotros. Deben reflejar en sus propuestas electorales todo aquello que el pueblo quiere.

Y no sólo eso, de cara a madurar en nuestro sistema democrático debe haber una propuesta firme por cambiar las estructuras políticas de este país, de forma que la gente tenga acceso a la toma de decisiones, mediante referendos o consultas populares que sean posteriormente respetadas en los organismos de decisión correspondientes.

Y es más, creo que esos referendos y consultas deberían ser en sí organismos de decisión, ya que nadie más que el pueblo tiene derecho a decidir.