En la sede central de Pixar, en Emeryville (California), John Lasseter soportó con estoicismo una recurrente broma durante la elaboración de Cars. "A ver si vas a hacer el primer fiasco de Pixar", le decían todos aquellos que pasaban por las oficinas y conocían el último proyecto que el director se traía entre manos en esos momentos. Lasseter es el alma de la compañía que ha creado una nueva forma de hacer cine de animación. Además es el fundador de la compañía y su vicepresidente ejecutivo, y por si esto fuera poco, también es el director de los tres primeros megaéxitos, un torrente de ideas en animación digital.

El dió el primer empujón y luego, en los tres títulos siguientes, pasó la responsabilidad a otros cineastas, que no fallaron y respondieron también con sucesivos bombazos en taquilla. Ahora, la presión de la infalibilidad de Pixar vuelve a depositarse sobre sus hombros. Lasseter ha regresaso a los inicios de la compañía, ha tomado los mandos y se ha puesto al volante de Cars , la séptima creación, que en España se estrenará el 5 de julio, empujado por su fascinación irreductible por los coches y su voluntad de mantener la inaudita trayectoria.

En el incierto negocio del cine, en que nadie conoce una fórmula segura para lograr un taquillazo, lo de Pixar es un fenómeno sin igual. De ahí que hace unos meses, tras arduas negociaciones, Disney decidiera absorber la compañía por algo más de 6.000 millones de euros. Un pastón.

John Lasseter y el actor Owen Wilson, que pone la voz al personaje principal en la versión original, presentaron la pasada semana en Barcelona la nueva creación. Puntuales a esta cita, periodistas especializados de medio mundo acudieron a la capital catalana atraídos por el gancho de unos coches animados más que por los bólidos que ese mismo fin de semana corrieron en Montmeló, en el Gran Premio de Fórmula 1.

El hiperactivo Lasseter, que lucía una vistosa camisa con dibujos de Buscando a Nemo , explicó que este era su proyecto "más personal". "Concebí Cars --dijo-- en 1999 y, normalmente, en Pixar tardamos cuatro años en hacer una película. Lo que ocurrió es que debí producir los siguientes largometrajes. Pero ya entonces sabía que quería hacer una película que girara alrededor de los coches de carreras y las viejas carreteras de EEUU, como la famosa Route 66 . Carreteras con pueblos fantasmas después de que las autopistas pasaran de largo".

Tras Toy Story 2 , Lasseter emprendió un viaje sin rumbo de dos meses con su esposa Nancy y sus cinco hijos. Se subieron a un vehículo y cruzaron EEUU a través de carreteras secundarias. "Por primera vez disfruté de la vida. Volví a Los Angeles totalmente cambiado, sabiendo que la vida es más que el trabajo".Y de eso trata Cars, en la que los protagonistas son vehículos animados. Un egocéntrico novato, Rayo McQueen, que está a punto de ganar una importante competición de carreras, se pierde por una carretera local en su camino al circuito. Aparece en un pueblo en el que no para nunca nadie. Ahí descubrirá que las carreras no lo son todo en la vida.

La trama incluye un romance entre coches, se desarrollan los conceptos de la amistad, el honor y la generosidad. Es lo que en Pixar llamaban el factor Nancy. "Mi mujer --contó Lasseter-- me dijo un día: espero que pienses en mi y en tus hijas al hacer la película, que no hagas algo solo para los locos del volante. Hay gente a la que no le gusta los coches, ¿sabes?, ¿En serio?´, dije yo. Así que nos preocupamos de desarrollar bien los personajes y humanizarlos, para que gustara a todos, también a las chicas". Lasseter tiene al parecer varios coches en su garaje. En Barcelona listó algunos modelos, como un Mercedes y un Jaguar. Ciertamente, no le falta de nada.