Bob Dylan los escribió, aunque él ni siquiera lo recuerda. Son poemas en prosa, escritura automática, anfetamínica, ráfagas dadaístas tan lúcidas e incendiarias como sus canciones de entonces. Hace más de 40 años, nadie sabe la fecha exacta, su amigo Barry Feinstein le mostró unas fotografías que había hecho sobre el otro lado de Hollywood: la decadencia, el peligro, los excesos y la soledad que rodean a la fama. Le preguntó, medio en broma, si quería hacer unos textos para acompañarlas. Dylan, sin pestañear, se puso manos a la obra. Hollywood foto-rhetoric: the lost manuscript (Simon&Schuster) , recién publicado en EEUU, recoge 90 fotos de Feinstein y 23 poemas de Dylan.