Para Ambrose Bierce es el don femenino que seduce al amante y aterra al marido. Para Borges se convierte en ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica. Para Da Vinci es perecedera en la vida e inmortal en el arte. Para Thomas Mann, como el dolor, hace sufrir. Y Para Oscar Wilde es algo muy superior al genio, porque no necesita explicación. Hablan de belleza, el subjetivo término que planea en casi todas las páginas --250-- de la edición K de ´Matador´, revista de culto que se enumera siguiendo las letras del abecedario, por lo que sabe que su vida está acotada, desde antes de su nacimiento en 1995, a 28 ejemplares. Su razón de ser es la búsqueda de nuevos conceptos artísticos radicales. En este número, Bill Viola contribuye con ´Oceáno sin orilla´ --en la foto--. Su aportación se escapa del tema inicial, ya que trata de la presencia de los muertos en la vida.