Tracción delantera, motor diésel y, ahora, con carrocería familiar. Jaguar sigue rompiendo los esquemas de antaño, y siempre con el mismo modelo, el X-Type. El objetivo de la marca británica no es otro que el de acercarse a una clientela deseosa de tener un Jaguar, pero sin que ello suponga desembolsar cifras fuera del alcance de la mayoría y disponer, además, de versiones más acordes con sus necesidades de uso y ocio.

La aparición del X-Type fue el primer paso para acercarse a ese público y la aparición del primer motor diésel ha permitido que la marca del felino empiece a incrementar sus ventas de forma más que evidente.