Para entender el actual proceso de cambio hay que remitirse a mayo de 1998, cuando los ministros de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania realizaron un declaración conjunta --´Declaración de La Sorbona´-- en la que, con el objetivo de potenciar la Europa del conocimiento, se propuso la necesidad de armonizar los sistemas de educación superior en Europa.

Un año después, en junio de 1999, se sumaron a este proyecto 25 países más, entre ellos España, que firmaron la Declaración de Bolonia, en la que se adherían a los principios establecidos en la de La Sorbona.

Esta declaración sentó las bases para la construcción del EEES y fijó el 2010 como límite temporal para iniciar el ambicioso proyecto. Las propuestas de Bolonia se centran en adoptar un sistema de titulaciones flexible, fácilmente comprensible y comparable, mediante la implantación, entre otras medidas, de un Suplemento Europeo al Título (SET). También propone un sistema basado fundamentalmente en dos ciclos formativos, el grado y el posgrado, así como el establecimiento de un sistema de créditos común, denominados ECTS, para promover una mayor movilidad estudiantil. Promocionar la movilidad de estudiantes, docentes y PAS así como promocionar una dimensión europea de la educación superior.