A pesar de los pesares, Cáceres sigue siendo la ciudad que más ediciones del festival Womad ha vivido tras la inglesa que vio nacer la cita musical de Peter Gabriel. El público se ha mantenido fiel a lo largo de trece años a pesar de las críticas que pesaban en las últimas ediciones sobre la calidad de algunas propuestas. Los cálculos de participación apuntan a que Womad 2004 ha movilizado a más de cien mil personas a lo largo de los cinco días de celebración (el último con un programa realizado íntegramente con propuestas extremeñas en el Auditorio y financiado por la Consejería de Cultura). Durante estos años el debate sobre la continuidad de este evento multicultural ha sido el fantasma de los womeros extremeños y todo apunta a que la situación seguirá por los mismos derroteros.

Hoy mismo comienza el debate sobre si habrá o no una decimocuarta edición. Las instituciones que componen el Consorcio Gran Teatro (Junta, diputación, ayuntamiento y Caja Extremadura) tendrán que tomar una decisión sobre si les compensa invertir esos 480.000 euros (unos 80 millones de pesetas) en un nuevo Womad o si por el contrario se lanzan a organizar un festival alternativo prescindiendo del sello Womad.

En cualquier caso, la respuesta del público ha sido rotunda y seguramente en ello tenga mucho que ver el reclamo que lleva implícita la firma Womad.

BUENAS VIBRACIONES

La sensación que predominaba en los asistentes a los conciertos era que la programación artística de este año superaba de largo a la del anterior. En esta ocasión se integró un nuevo espacio, el del Gran Teatro, que fue donde se dio el pistoletazo de salida al Womad 2004. Allí estuvo Petrona, una octogenaria de Colombia que a pesar de ser una figura en su país sigue viviendo apartada en el campo. Primero ofreció un taller y después mostró sobre este escenario los motivos por los que fue nominada a los Grammy Latinos del 2002. Pero antes que ella tocaron los malpartideños Son de Secano --para quienes esta oportunidad supone una plataforma ideal-- y Sevara Nazarkhan, de Uzbekistán que también condujo un taller en San Jorge el jueves en el que interpretó canciones del siglo XVI al XIX.

El jueves fue el primero de los días grandes del Womad. En San Jorge hubo talleres conciertos de Anna Mudeka y Landing Mané, Musafir Gypsies, Anna y Mutsa Mudeka además del mencionado de Sevara. Los cálculos de la Policía Local apuntan a que ese día se concentraron en la Plaza Mayor unas 9.000 personas para ver los conciertos de Tango Tres, Musafir Gypsies, Domenico + 2 y Paquito D´Rivera con las Hermanas Marquez.

Tango Tres es un conjunto extremeño que surgió a raíz de un fracaso amoroso con un argentino. Su mentora, Dioni Gómez, descubrió la fuerza del tango en sus viajes al otro lado del charco y esa fuerza la encauzó sobre los escenarios cuando la vida la golpeó.

De Extremadura se pasó a India de la mano de Musafir Gypsies para seguir después con Domenico + 2. Este trío brasileño es el que lidera el hijo de Caetano Veloso --Moreno Veloso--, un grupo con una curiosa disciplina giratoria en el nombre. El trabajo anterior se llamó Moreno + 2 y este lleva el nombre de otro componente de la banda.

Depués, el increíble Paquito D´Rivera, uno de los músicos cubanos más importantes del siglo XX, presentó en Cáceres a las Hermanas Máquez para quienes su edad, más de 80 años, no fue un impedimento a la hora de calentar el ambiente de la Plaza Mayor.

El viernes, tras los talleres conciertos en San Jorge de los potentísimos irlandeses de Kila, la guitarra del inglés Justin Adams con la música del desierto de Tinariwen, Landing Mané con Seydina Djiba y D´Gary, la programación trasladó al público hasta el Recinto Hípico.

Allí la extremeña Bebe impresionó con su directo a un público que aún era reducido. No por la calidad de su música sino porque como estaba incluida en la programación como artista regional actuaba a las nueve y media y a esa hora aún no había llegado la gran masa de gente de la ciudad. Además, los músicos extremeños sólo disponían de media hora en el Hípico por lo que su concierto supo a poco. Al igual que el del Combo Linga que también se presentaba como grupo extremeño. Lo curioso es que en el grupo sólo hay un componente de la región.

La noche del viernes --que congregó a más de 7.000 personas en el Hípico-- continuó con uno de los grupos más emblemáticos del sureste sahariano, Tinariwen, un conjunto que se fraguó en el exilio, donde descubrieron las guitarras eléctricas, y que agita conciencias en su tierra.

Tras esta representación africana se subieron al escenario los irlandeses Kila. Sencillamente, un directo impresionante que fue seguido por otro que se puede calificar del mismo modo. El de gallega Mercedes Peón. Aunque mejor hubiera sido si hubieran funcionado correctamente todos los micros para que el público pudiera disfrutar cuando esta artista tocaba la gaita.

El DJ Talvin Singh, de Reino Unido, puso el punto final a esa noche con una insólita mezcla de ritmos electrónicos.

El tradicional pasacalles del sábado, donde se muestran los resultados de los talleres, puso la nota de color. Por la tarde, tras la actuación en el Auditorio de la European Romani Symphonic Orchestra volvió la música al Hípico. Y lo hizo, de nuevo, con un conjunto extremeño, Dhira.

Tienen una propuesta atrevida que nace de la fusión entre las músicas indias, árabes y la electrónica y experimental. Después siguió Kiko Veneno, que intercaló varias canciones de su último trabajo --que aún no está en la calle-- con viejos éxitos que hicieron cantar y bailar a la multitud congregada en el Hípico.

El brasileño Lenine tomó el testigo sobre el escenario. Pero la gran sorpresa para el público llegó después, con los senegaleses Daara J, un trío potentísimo que hizo vibrar el Recinto Hípico. Sin duda, su concierto se recordará. Después, El Bicho cerró el festival. Dieron espectáculo, tal y como están acostumbrados, aunque los senegaleses les pusieron el listón muy alto.

La lluvia, que no el frío, aguantó hasta la jornada del domingo. Aún así, el maratón artístico extremeño bautizado con el nombre Escena ADC ofreció una buena alternativa a aquellas personas que se acercaron al Auditorio. También deslució el festival de los Deportes del Mundo.