En esa endiablada novela que es Santa Evita (1995) el médico que tenía la tarea de embalsamar el cuerpo de Evita afirma impertérrito que "a una historia real hay que cubrirla con historias falsas". No es otra la intención que parece haberse propuesto el argentino Tomás Eloy Martínez (Tucumán, 1934) en Purgatorio , un hechizante relato sobre la historia reciente de su país. En el libro hay una fecunda mezcolanza entre realidad y ficción, entre verdad y mentira, entre documento periodístico y verdad novelada. No se trata del terreno fértil de la novela histórica, sino más bien de la cartografía de una ficción visionaria que es capaz de reconstruir el pasado.